Políticas y programas culturales , inversión estratégica para
la gobernanza
Autora:
Isabel Claros Abarca [1]
Sumario:
1. Introducción
2. Políticas Culturales y experiencias de institucionalización de programas de promoción cultural
3. Objetivos
de las políticas culturales
4. Como gestionamos para construir poder : reflexión para la gestión y políticas culturales del AECID
4. Como gestionamos para construir poder : reflexión para la gestión y políticas culturales del AECID
1.
Introducción:
“Hasta la aparente no-existencia de una
política cultural define una política cultural. Impedir el desarrollo de determinadas
manifestaciones de la cultura y obviar o neutralizar otras ya forma parte de
una política cultural”.[2]
En el Perú, podemos
encontrarnos con autoridades sumamente comprometidas con la revaloración de las
culturas y la promoción del desarrollo de
sus espacios y de su gente, desde la autentica comprensión y asimilación de sus
contextos culturales (locales, regionales,universales) sin embargo también
podemos encontrarnos con cierta indiferencia e incluso desdén por parte de
algunos integrantes del gobierno, tanto
local y como nacional respecto al
rol de la participación ciudadana y sus prácticas locales; sesgo que siempre
genera exclusión y desigualdad, frustración y finalmente puede derivar en
conflictos sociales, la incomprensión de los aspectos culturales desde la
visión de la gestión pública genera brechas que dificultan la gobernabilidad y la
problematizan; de la otra orilla, la comprensión y atención de dichos aspectos,
necesidades y modos viabilizan la
comunicación y puesta en obra de iniciativas
; tanto sociales como gubernamentales.
Es sabido que en procesos electorales siempre se apela a la cultura popular para
sumar votos, los discursos plenos de promesas enfocadas hacia la
generación de un capital humano con acceso a oportunidades se diluye entre
palabras al momento de asumir los cargos y obviar agendas, programas y
proyectos y su consecuente asignación de
presupuestos a programas de desarrollo humano que generen e
impulsen los cambios necesarios y efectivos para cumplir con las promesas
electorales, mucho menos hablar de programas eminentemente culturales.
A este panorama,
desfavorable para toda gerencia que desee trabajar desarrollo humano, debemos agregar las dificultades que
representa el enfoque de los PIP y el SNIP sobre los criterios para aprobar
proyectos de inversión; considerando que el sistema fue pensado
fundamentalmente para proyectos de infraestructura, contemplando solo el
capital físico. Es así que discutir sobre inversión en proyectos de cultura con
funcionarios públicos puede resultar por momentos una hazaña de negociación y
creatividad.
Considerando que el Perú
es apreciado a nivel mundial como un espacio único por su riqueza y legado
cultural y ambiental, queda la paradoja que la concepción de desarrollo no
incluya aspectos culturales como temas para la inversión y en el “mejor de los
casos” solo se atine a utilizarlos como estrategia. Aportar criterios desde la
gestión local o construir indicadores
que demuestren la rentabilidad económica de los proyectos culturales es un reto
pendiente para cualquier municipalidad que desee invertir en su gente. Sería necesario
mejorar la definición de inversión pública y ajustarla al concepto amplio
de capital: humano, ambiental y social y esto solo sería posible con una
genuina apertura a la observación y valoración de los procesos culturales y de
lo significan para la facilitar o dificultar los procesos de desarrollo. Considerar
la interculturalidad en el proceso de gestión y ¿cómo incorporar la promoción
de los agentes culturales de un territorio en la agenda local para la
gobernanza? ¿cómo implementar estrategias culturales en la agenda local
de una manera estratégica e integral? Ese es el reto.
Como se mencionó al
inicio existen buenas prácticas y gestores que promueven políticas locales para la efectiva promoción de la cultura y sus
agentes. En este rubro me parece interesante mencionar dos iniciativas
recientes, una de la Municipalidad Metropolitana de Lima y otra desde el
ministerio de Cultura, que son: La Ordenanza Municipal de Cultura Viva Comunitaria y el programa Puntos de Cultura,
respectivamente.
2. Políticas
Culturales y experiencias de institucionalización
de programas de promoción cultural
La Ordenanza Municipal de
Cultura Viva Comunitaria -
Programa Cultura Viva – Subgerencia de MML
Considerando la
complejidad de contextos en Lima Metropolitana, se propiciaron espacios
participativos que enriquecieron la propuesta de ordenanza municipal con los
criterios de las organizaciones de cultura viva comunitaria, con un proceso de
10 meses de consulta en audiencias públicas en Lima Sur, Este, Centro y Norte y
su posterior debate en el Concejo Metropolitano, la Municipalidad de Lima aprobó
el 14 de marzo del presente año la ordenanza que instituye como política
pública la promoción de la Cultura Viva Comunitaria, con el fin de reconocer y
promocionar los valiosos aportes de las distintas manifestaciones culturales en
la capital. El proyecto de ordenanza fue
elaborado por la regidora Luisa Martínez, presidenta de la Comisión
Metropolitana de Educación y Cultura conjuntamente con las organizaciones: La
Gran Marcha de los Muñecones, LLaqtaraymi, Puckllay, Antara, Kilombo, Red de
Teatro en Comunidad, Arenas y Esteras, Cinco Minutos Cinco, Waytay, El
Agustinazo. Dicho proyecto fue presentado durante el Encuentro Nacional de
Cultura – ENAC 2012.
Gracias a la Ordenanza,
se ha contemplado para este año un presupuesto de dos millones 400 mil nuevos
soles, que vendría a ser entre el 0.1 y 0.2% del gasto proyectado. Se
estima que se beneficiarán 300 mil vecinos apoyando a agrupaciones que trabajan
por mejorar el estado de sus barrios y alejando a los menores del pandillaje. Se
capacitará a los involucrados en estos elencos, así como se premiarían a los
mejores proyectos.
Además, se ayudará a
difundir las actividades hechas con estos grupos culturales de barrios
populares como los Festivales de Cultura Viva en Comunidad que organiza la
misma municipalidad desde hace dos años.
De otro lado, las
organizaciones de Cultura Viva Comunitaria serán incorporadas en el Registro
Único de Organizaciones Sociales (RUOS). Además se creará el Programa de
Cultura Viva Comunitaria que promoverá los derechos culturales y la diversidad
de expresiones artísticas y se respaldará a las nuevas iniciativas y los
movimientos socioculturales con apoyo técnico, tecnológico y financiero.
Con la aprobación de
esta política pública de carácter participativo, se institucionaliza el aporte
de la municipalidad a los procesos
culturales comunitarios, dando inicio a una etapa de reconocimiento de los
avances y aportes de las agrupaciones barriales autogestionarias en sus
respectivos territorios, brindando un apoyo real a los agentes de desarrollo de
los diversos distritos de la metrópoli.
Para mayor información
sobre la versión final de la ordenanza:
Si bien la Ordenanza ha
sido aprobada recientemente, forma parte de un proceso de maduración del
Programa Cultura Viva, que desde el año 2011 ha venido realizando festivales en
espacios públicos (parques, lozas y plazas) de varios distritos de Lima, de
manera constante y articulada con organizaciones culturales, mostrando
múltiples expresiones artísticas en sus programaciones. Mediante la
reapropiación colectiva de los espacios públicos se da vida al encuentro entre
ciudadanos y ciudadanas que gozan, reflexionan y comparten creativamente en
comunidad. El fortalecimiento de las capacidades artísticas de los vecinos,
vecinas y agrupaciones es un objetivo principal de Cultural Viva, es así que se
desarrollan diversos talleres dirigidos a niños, niñas y adolescentes generando
capacidades creativas, expresivas y reflexivas desde las artes para fortalecer
su desarrollo personal y ser agentes de cambio en sus barrios.
En este contexto, vale
el reconocimiento a la apuesta institucional de la Municipalidad Metropolitana
de Lima, tanto hacia el Programa Cultura Viva Comunitaria como a la Ordenanza
que lo apoya y le dará sostenibilidad por haber sido un constructo social, un
proceso y convertirse en una esperanza colectiva de interinstitucionalidad.
Lineamientos de Política
Cultural Nacional 2013-2016 -
Programa Puntos de Cultura
[3]
- MINCU
En enero de este año se
presentó la versión preliminar de los Lineamientos de Política Cultural
2013-2016, un conjunto de premisas que servirán para el diseño, ejecución
y supervisión de las políticas nacionales y sectoriales del Estado en materia
de cultura.
Los Lineamientos de Política Cultural 2013-2016 son siete: Impulsar una
perspectiva intercultural; promover la ciudadanía; fortalecer la
institucionalidad; alentar la creación cultural; defensa y apropiación del
patrimonio; apoyar a las industrias culturales; promover y difundir las artes.
Su gran objetivo es reforzar
los proyectos existentes y empezar a generar nuevas ideas y proyectos en los
campos de protección del patrimonio, de la promoción del conocimiento, de la
diversidad cultural, de las industrias culturales y las artes, y de la
interculturalidad como un vector central de las políticas culturales en el Perú.
El contenido de los lineamientos puede ser descargado en el
siguiente enlace: http://www.mcultura.gob.pe/sites/default/files/docs/lineamientomc.pdf
Respondiendo al
lineamiento 4 : alentar la creación cultural , así como parte del cumplimiento
de los 7 lineamientos, se ha venido
desarrollando el Programa Puntos
de Cultura, que es una iniciativa inspirada en el programa brasilero del mismo nombre que ha
permitido, en ese país, el impulso y fortalecimiento de más de 3,500
organizaciones culturales que trabajan con poblaciones vulnerables a través del
arte y la educación, contribuyendo a la inclusión social, la difusión de sus
expresiones culturales y el empoderamiento ciudadano. En febrero 2011, el
Ministerio de Cultura del Perú, en alianza con un significativo número de
organizaciones culturales, inició el proceso de articulación de la Red de
Puntos de Cultura con el fin de fortalecer las iniciativas culturales ya
existentes y que han demostrado aportar significativamente a la inclusión y
ciudadanía.
Un Punto de Cultura; es
toda organización, asociación, cooperativa, colectivo o agrupación cultural sin
fines de lucro de la sociedad civil que se encuentre registrada y reconocida
por el Ministerio de Cultura como tal, que desarrolle y/o promueva iniciativas
en los más diversos campos, tomando el arte y la cultura como herramienta
principal para contribuir a la construcción de una sociedad más justa,
pacífica, solidaria, inclusiva y democrática que reconozca y valore su
diversidad, memoria y potencial creativo. Son instituciones que a través de la
difusión y práctica de actividades artísticas como la fotografía, la música, el
cine, la pintura o las artes escénicas, buscan contribuir al fortalecimiento de
la ciudadanía. El registro en línea se hace por: http://www.puntosdecultura.pe/registro/
¿En qué se basa el programa
Puntos de Cultura?
• En la alianza Público-Privada a partir
del Reconocimiento al rol que juegan las organizaciones culturales comunitarias
en el desarrollo integral individual y colectivo.
• En la acción en red para alcanzar conjuntamente mejores condiciones para el desarrollo del trabajo de las organizaciones y la ampliación de su impacto.
• En la autonomía y protagonismo de los Puntos de Cultura, estimulando el Empoderamiento ciudadano desde la acción cultural (Ciudadanía Cultural)
• En la acción en red para alcanzar conjuntamente mejores condiciones para el desarrollo del trabajo de las organizaciones y la ampliación de su impacto.
• En la autonomía y protagonismo de los Puntos de Cultura, estimulando el Empoderamiento ciudadano desde la acción cultural (Ciudadanía Cultural)
¿Cuáles son los beneficios de
ser declarado un punto de cultura?
1. Reconocimiento y
protagonismo
• Documento emitido por el Ministerio de Cultura que certifica que la organización pertenece a la Red de Puntos de Cultura del Perú.
• Cobertura y difusión de sus actividades a través de los medios a disposición del Ministerio de Cultura y en publicaciones e investigaciones sobre el impacto de la cultura al desarrollo.
• Documento emitido por el Ministerio de Cultura que certifica que la organización pertenece a la Red de Puntos de Cultura del Perú.
• Cobertura y difusión de sus actividades a través de los medios a disposición del Ministerio de Cultura y en publicaciones e investigaciones sobre el impacto de la cultura al desarrollo.
2. Financiamiento
• Acceso a financiamiento para el impulso de talleres, festivales, infraestructura, equipamiento, intercambios, creaciones u otros proyectos.
• Acceso a oportunidades provistas por el Ministerio de Cultura, como impresión de material gráfico, disponibilidad de espacios y materiales para la realización de actividades.
• Acceso a financiamiento para el impulso de talleres, festivales, infraestructura, equipamiento, intercambios, creaciones u otros proyectos.
• Acceso a oportunidades provistas por el Ministerio de Cultura, como impresión de material gráfico, disponibilidad de espacios y materiales para la realización de actividades.
3. Fortalecimiento de
Capacidades
• Permanentes oportunidades de capacitación presencial y/o virtual.
• Equipamiento con tecnología y capacitación para el manejo de recursos audiovisuales y TICs.
• Permanentes oportunidades de capacitación presencial y/o virtual.
• Equipamiento con tecnología y capacitación para el manejo de recursos audiovisuales y TICs.
4. Articulación
• Continuos espacios de encuentro e intercambio de experiencias mediados por el Ministerio.
• Inclusión de reseña de presentación de la organización incluida en materiales diversos de comunicación que serán difundidos entre Ministerios, medios de comunicación y redes a nivel internacional.
• Continuos espacios de encuentro e intercambio de experiencias mediados por el Ministerio.
• Inclusión de reseña de presentación de la organización incluida en materiales diversos de comunicación que serán difundidos entre Ministerios, medios de comunicación y redes a nivel internacional.
La red de Puntos de
cultura ha incorporado ya 50 instituciones
de todo el Perú, y tiene como meta para el 2013 es fortalecer a través
de intercambios, capacitaciones y recursos financieros a no menos de 200
organizaciones a nivel nacional.
Entre las instituciones
reconocidas se encuentran la Agrupación Folklórica de Música y Danza Kuyayki,
C.H.O.L.O - Arte Emergente y Asociación Taller de Educación y Comunicación a
través del Arte - Arena y Esteras.
También Culturaperu.org,
Proyecto Fotográfico Verte MirArte, Vichama Teatro, Red Cultural de San Juan de
Lurigancho, El Galpón Espacio, La Tarumba, Comediantes Itinerantes, SELVAMONOS,
Chaski Comunicación Audiovisual, entre otros.
De otro lado, y a fin de
brindar difusión de la agenda cultural y compartir contenidos de los propios puntos
de cultura; todos los martes, a través de
la plataforma web puntosdecultura.pe, se transmite el
programa “Puntos de cultura” que incluye un canal
de televisión cultural en vivo .
Como se puede observar,
en ambos casos, tanto para el cumplimiento de la Ordenanza Municipal que
institucionaliza el programa de Cultura Viva Comunitaria en Lima, como para la
gestión del programa Puntos de Cultura, que se vincula con los lineamientos de política
nacional de cultura, el reconocimiento
de los aportes brindados por la comunidad y la financiación de proyectos y
actividades son puntos clave para
afirmar el real apoyo del Estado hacia la promoción de las artes y las
culturas. La institucionalización de dicho reconocimiento significa varios
pasos adelante hacia la construcción de un capital social concertador y
dialogante, reafirmando que la riqueza de nuestros pueblos radica en su gente.
3.
Objetivos de las políticas culturales
Según la cooperación española las políticas culturales se articulan sobre
cuatro ejes:[4]
1) protección del patrimonio cultural: cuyo concepto se funde con el
de patrimonio natural, y su legitimación es la misma que la de la política
medioambiental; combina el componente económico de su impacto en el desarrollo
regional y la noción de herencia a transmitir a las generaciones venideras;
2) apoyo a los creadores: se concentra en el sector no mercantil e
insiste sobre su presunta rentabilidad social y eventualmente económica;
3) industrias culturales;
4) cooperación cultural (interior y exterior)
En relación con estos ejes, el Consejo
de Europa (Conferencia de Oslo, 1976) propuso tres objetivos fundamentales:
— preservar el legado y fomentar la
acción creadora
— garantizar a todos el acceso a la
cultura (democratización de la cultura)
— asegurar a todos la posibilidad de
crear (democracia cultural).
“La Política Cultural debe actuar como
puente, aportando los soportes institucionales que canalizan tanto la
creatividad estética como los estilos colectivos de vida.”
“Un proyecto exitoso de política
cultural es aquel que genera la articulación de las políticas multisectoriales
del Estado con las distintas organizaciones de la sociedad civil y la empresa
privada, donde el Ministerio desempeña una función rectora y promotora, pero
también cumple un papel de socio o aliado, aspirando además a posicionarse como
un facilitador de iniciativas que
provengan de los otros actores.” [5]
De la misma manera los gobiernos
locales tienen un rol articulador y facilitador de propuestas culturales, que
no necesariamente deben ser gestionadas desde la entidad edilicia, pero si
promovidas, alentadas, respaldadas por la misma y deben encontrar eco en una
institucionalidad articulada que mejore los impactos de las propuestas
ciudadanas. (públicas y privadas).
Dicho respaldo debería traducirse, en
la formulación de estrategias integrales para el desarrollo que incluyan el
componente cultural o la articulación interinstitucional de acciones que
convoquen y reconozcan a los agentes culturales en la formulación de políticas
de desarrollo (planes, leyes, programas y proyectos). De otro lado, el impulso
intrainstitucional de la articulación de las gerencias brindando coordinación y
presupuesto a programas clave que incluyan el componente de desarrollo humano,
debe ser un aspecto importante a considerar en la gestión de espacios para la
gobernanza.
Considerar la inversión en cultura no
debería ser una utopía, sino un deber, ya que asegurar el patrimonio (legado
recibido y legado en construcción) es la mejor estrategia hacia el desarrollo.
Poner en valor la riqueza de un pueblo (cultural y ambiental) es tener visión
de futuro, comprensión del pasado y gestión necesaria hacia la sostenibilidad.
Un enfoque estratégico observa que en
periodos de escasez la prioridad suele ser emergencista, se debe aprovechar los
periodos de bonanza económica para capitalizar las iniciativas comunitarias y
generar riqueza pública: capital humano y capital social para hacer frente a
las épocas de vacas flacas.
Finalmente, comparto algunas propuestas del AECID en
términos de gestionar políticas culturales:
4. COMO GESTIONAMOS PARA CONSTRUIR PODER
GESTIÓN Y POLÍTICAS
CULTURALES: LA OTRA CLAVE
Aquí ofrecemos algunas
sugerencias. No se trata de recetas sino de líneas de reflexión y acción.
— Contar con la
información más completa y actualizada posible sobre las actividades
culturales, su impacto en el desarrollo de la comunidad y sus posibilidades
como factor de inclusión social.
— Formar los agentes
necesarios para optimizar las gestiones, los públicos para asegurar
el tránsito intergeneracional de los valores y aumentar las referencias
identitarias. Y los artistas, para favorecer el surgimiento y
crecimiento de creadores.
— Fortalecer y
valorizar las expresiones populares que enriquecen el acervo cultural, a
través de las cuales una comunidad afianza y manifiesta su identidad.
- Ocupar y abrir
espacios en el territorio, en las administraciones y en los medios.
1) Cuanto más despliegue
territorial se tenga será mayor el poder con que contemos: cuantas más
instituciones haya en el territorio avocadas a la cultura, más posibilidades de
acción, de encuentro con la comunidad.
La existencia de
estructuras en las administraciones públicas con mayor o menor reflejo
presupuestario es un factor de peso en la trama de poder. Abrir espacios donde
no los haya (creación de centros culturales, bibliotecas, salas; creación de
direcciones, subsecretarias, institutos), mejorar lo que existe (ampliaciones,
refacciones, modernización de equipamientos; jerarquización, elevación del
nivel, de las instancias administrativas) constituyen pasos para la ampliación
del poder.
2) La presencia sostenida
en los medios de comunicación es un buen soporte. Establecer redes de radio y
televisión comunitarias y alternativas.
3) La cuestión es la manera
en que se ocupan los espacios porque un mal manejo de un equipamiento o de una
estructura puede ofrecer la excusa para su cierre. No hay que olvidar: para
gran parte de la dirigencia, la cultura es un gasto superfluo y es lo primero
que habrá de reducirse en tiempos de crisis.
— Integrar
jurisdicciones: ¿cuántas veces las diferentes jurisdicciones que operan
sobre un territorio actúan desarticuladas y a veces hasta en franca oposición?
Los municipios no se relacionan con la provincia y el estado nacional va por su
lado entre rivalidades y sospechas. El funcionamiento coordinado da resultados
superiores, al optimizar recursos materiales y humanos. Además, como plus, el
conocimiento que proporciona trabajar en equipo. Sobre todo, la convicción de
que la cultura es más importante que las jurisdicciones.
— Exigir con la
prepotencia del trabajo, no con la queja reiterada y aburrida, que por
épocas parece la única manifestación de la “gente de la cultura”.Y para eso hay
que generar hechos.
— Coordinar acciones
con otras áreas de gestión y de la sociedad: No se puede concebir el sector
Cultura como un compartimiento estanco, un mundo cerrado sobre sí mismo. Es
preciso establecer acuerdos con otras áreas buscando los puntos de contacto,
que habrán de convertirse en nodos de poder. Las universidades, las escuelas,
la formación docente, constituyen a simple vista un sector afín. Pero existen
nichos para la acción en Obras Públicas, en Salud, en Economía, en Defensa, en
Seguridad.
— Movilizar a toda la
comunidad. La cultura es demasiado importante para una sociedad como
para dejarla en manos de una elite y/o una administración. Movilizar a la
comunidad no significa juntar gente en recitales masivos sino involucrarla en
aras de un proyecto común y propio, del que sea verdaderamente protagonista.
[1] Especialista en
Planeamiento Estratégico y Gestión Cultural, Responsable de Programas y
Proyectos de A&R Consultores:
www.ayrconsultores.org
[2]
Héctor
Ariel Olmos: Gestión cultural y desarrollo: claves del desarrollo - AECID
[3] http://www.puntosdecultura.pe/
[4] Héctor
Ariel Olmos: Gestión cultural y desarrollo: claves del desarrollo - AECID
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